Un cabestrillo tejido

Hace unos días mi hija Sofía, que practica Karate después de la escuela tuvo un pequeño accidente y termino tendida en el piso. Cuando se levanto, con mucho dolor, advirtió que uno de sus dedos estaba chueco y corriendo la llevamos a emergencia.

Bueno, cuando llegamos la burocracia de siempre nos hizo esperar unos minutos, hasta que al fin pidieron tomarle una placa radiográfica a su mano. El diagnóstico fue el esperado, un dedo fracturado. El doctor, paso seguido, le armo un guante de yeso en su mano y su dedo quedo completamente cubierto.

Cuando nos dio el alta, su recomendación fue que le compráramos un cabestrillo para que pudiera colgar su brazo del cuello y su mano estuviera sin moverse y en completo descanso. Ahí fue cuando Sofía comenzó con los pedidos. Que quiero que tenga adornos. Si puede ser rosado mejor. Que esto, que lo otro. Ahora piensen ustedes, ¿de donde saco un cabestrillo rosado, con flores y que sea muy femenino?

Ahí comenzó mi dilema, y mientras tejía pensaba en el dichoso cabestrillo rosado y femenino para la niña. Y en eso pensé “Eureka, ¿y si se lo tejo?”. Así que dejando de lado mi tejido que ya andaba un poco avanzado, tome lana blanca y comencé a tejer un cuadro en punto red. Necesite ver muchas fotos en internet para poder sacar el molde en mi cabeza.

Luego de unos minutos, cosí por aquí, agrande por allá y salió el lindo cabestrillo. Este no tendrá flores, pero al menos su apodo del colegio si lo lleva. Miren que orgullosa se fue a la escuela. Por cierto,los otros dos niños son los chismosos de sus hermanos que querían salir en la fotito.

A ver quien se anima a hacerse un cabestrillo como el de Sofía….

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